La literatura romántica

La influencia del neoclasicismo francés fue muy intensa en toda Europa durante el siglo XVIII, pero antes de que se terminara este siglo los escritores alemanes e ingleses trataron ya de liberarse de las rígidas normas neoclásicas que pesaban sobre la literatura. Algunos de estos escritores son neoclásicos en algunos aspectos, pero ya se aprecia en sus obras, en mayor o menor medida, el nuevo impulso que triunfará durante la primera mitad del siglo XIX en toda Europa: El Romanticismo.

El movimiento romático tuvo su origen en Alemania e Inglaterra, triunfó más tarde en Francia e hizo su aparición tardía en España hacia 1835. Si embargo, una serie de circunstancias harán que España, ante los ojos europeos, sea el país romántico por excelencia.

Se pasa de la razón del neoclasicismo a los sentimientos de los románticos.

Se habla de revolución romántica y no de evolución porque además de romper con lo anterior, fue un triunfo rápido, rotundo y unánime del nuevo movimiento en toda Europa.

Los románticos se van a caracterizar por su insatisfacción continua ante la vida y la sociedad.

El romántico busca sus certezas, sus verdades en sus propios sentimientos personales. En ocasiones, se ha acusado a los románticos de considerarse el "centro del mundo".

Para cualquier neoclásico hablar de la propia intimidad hubiera sido el colmo del escándalo y la indecencia.

Los románticos buscan muchas veces la soledad. La Naturaleza será muchas veces, su amiga y confidente.
Encontrará en los seres inanimados compañeros con los que comunicarse: rocas, árboles, astros, que sufren y sueñan como los hombres.
Es también frecuente que los románticos se paseen de noche por lugares sombríos.
En la literatura romántica abundan escenas nocturnas, cementerios, sepulcros... lugares propicios a la meditación melancólica sobre la muerte o la desesperación más arrebatada.

Los románticos le dieron a la Naturaleza y al Amor una importancia mucho mayor que en otras épocas.

Autores

Goethe, Chateaubriand, Lord Byron, Giacomo Leopardi, Jose de Espronceda, Victor Hugo, Jose Hernández, Gustavo Adolfo Becquer, Walter Scott, Schiller, Jose Zorrilla, Mariano Jose de Larra, Edgar Allan Poe, Hoffmann, Los hermanos Grimm, Rousseau, Alexandre Dumas, Rosalía de Castro, El duque de Rivas